Para una entidad deportiva, en especial desde que los clubes son sociedades anónimas deportivas, cada Junta General de Accionistas (o Asamblea de Socios) es una especie de Check-Point. Los directivos han de pasar cuentas del ejercicio pasado y presentar las perspectivas para la siguiente temporada. Y es algo difícil contentar a todos. Siempre se prodcen desviaciones presupuestarias con el objeto de lograr mejorar la posción a final de temporada. Recuerdo en una de esas Juntas, un accionista nos dijo en el momento de aprobar el presupuesto: “mientras que no os gastéis más de lo que decís…”
Pero el deporte en España pasa por una grave crisis. No me refiero a crisis deportiva: seguimos teniendo las mejores ligas europeas en un buen número de deportes (fútbol, baloncesto, hockey…) y buenos deportistas individuales, como Rafa Nadal. Me refiero a crisis económica. Y mucho anterior a la crisis que estamos viviendo en este momento, y quizá por ello más importante. Quizá se trate de una crisis estructural, de modelo de negocio, que sólo algunos clubes han sabido detectar y corregir.

La Vanguardia, 29 de diciembre de 2006
Pues bien, el día después de la Junta General de Accionistas de la temporada 2005-2006 del Lleida Basquet, Josep Felis, que cubre la información del Lleida Basquet para La Vanguardia y para El Mundo Deportivo, publicó este artículo, tratando de hacer balance de lo que ha sido y es el deporte de élite en Lleida. A mí me dio mucho que pensar, y a raíz de las relaciones que él destaca, traté de detectar otras ciudades que se encuentran en la misma situación. A pesar de que el artículo ya tiene un año y medio, la situación no ha mejorado para ninguno de los clubes de Lleida.
Ya se lo había oído de viva voz a Àngel Ros, alcalde de Lleida. Las administraciones públicas deben dedicarse al deporte de base, a través de subvenciones, y las empresas al deporte profesional de élite, a través de contratos de patrocinio. Pero los recursos que pueden aportar unos y otros son siempre escasos, y el precio del deporte siempre aumenta.
En concreto, en Lleida hay fútbol, baloncesto, hockey, voley y balonmano femenino, sin contar el baloncesto femenino de La Seu d’Urgell. Y todos los clubes ven como año a año no logran cubrir unos presupuestos que crecen muy por encima de los IPC’s que tiene que hacer frente cualquier otra empresa. Y así se llega al colapso.
Hasta ahora, los clubes trataban de paliar sus déficits históricos mediante complicadas operaciones inmobiliarias, con el visto bueno de las administraciones locales, y con la excusa de dotar a la ciudad y al club de una ciudad deportiva donde formar jóvenes deportistas. Pero esto parece que ha pasado ya a la historia, además de no ser del todo transparente ni competitivo en relación al resto de clubes. Si no logramos reinventar el modelo de negocio de las entidades deportivas, el deporte tal y como lo conocemos hoy podría tener una fecha de defunción. Todavía no se han logrado aplicar criterios de sostenibilidad a largo plazo, y muchas veces el corto plazo no deja trabajar en los planes que den consistencia y continuidad al club.
Recent Comments